jueves, noviembre 09, 2006

Aquel departamento


Seguramente olvidé algún lienzo o pomo de pintura.
Quizás el tren continue sacudiendo el suelo religiosamente cada veinte minutos.
Puede que el mismo rayo de sol crepuscular insista en entrar por esa ventana sin cortinas.
También es factible que los vecinos de arriba sigan escuchando aquel disco de pasta de Serrat.
Y hasta estimo muy probable que quien viva ahí por estos días no haya tirado ni una de las sábanas que dejé tapando los muebles (esas sábanas, las mismas con las que te cubriste tan poco).
¿Pero qué importan todos esos detalles esquemáticos, qué sentido tiene tal decorado urbano, que interés puede despertar esa confluencia de imágenes mundanas ahora que no está tu torso serpenteando por el piso frío?
Con frecuencia me detengo a pensar en el viejo departamento de la calle Pedernera. No hay baldosa ni rincón de mi recuerdo que no esté tapado por tu pelo oscuro, tu vientre almidonado, acaso un borde de tu seno manchado por mi pincel.
¡Acá! ¡Allá! Dormida, levantada, retorcida, estirada, por todas partes emplazada. De un solo segundo de memoria extraigo veinte, treinta versiones distintas de tu cuerpo yacente. Después del extasis solamente podía tenerte ahí tirada. Mujer necia, caprichosa, ni hablarte de llevarte a la cama; hasta medio dormida te negabas. Te lo agradezco, no vi jamás mujeres más hermosas como las que fuistes entregada al sueño o al bostezo entre las telas y pinceles de mi estudio.
Sin dudas ese departamento puede permanecer idéntico, pero para mí se devaluó terriblemente.

25-10-06
(imagen: Lau D)

6 comentarios:

Mizelmar dijo...

"De un solo segundo de memoria extraigo veinte, treinta versiones distintas de tu cuerpo yacente"

GUAU GUAU GUAU

nada mas...
saludos
( si, quizas me converti en un perro)

chicoverde dijo...

quién pudiera Gastón, quién pudiera!

Anónimo dijo...

Je, es el espíritu de Viñas el que me obliga a decir que son, justamente, los vecinos de arriba los que le dan continuidad a Serrat.

¿Oh no! ¿Qué ha pasado con nuestro fructífero inmanentismo?

Buah, entonces mejor me acoto: bello texto. Y, ciertamente, bella y complementaria la imagen. Cuando yo esriba, voy a tratar de enamorar pintoras. ¡Como en el túnel pero al reves!

Claro: el problema es que despues te matan!

Saludos, verde.

-J.

Ailin dijo...

Che qué lindo.

Marco Cartolano dijo...

¿No es hermosa la memoria? Yo se que lo es y vos también... siempre abrazando el recuerdo.

Anónimo dijo...

¿Pero qué importan todos esos detalles esquemáticos, qué sentido tiene tal decorado urbano, que interés puede despertar esa confluencia de imágenes mundanas ahora que no está tu torso serpenteando por el piso frío?



Si tuviera que evocar un momento feliz, pensaría en algo que repta/serpentea.

Esa pregunta que hacés es tan acertada y terrible como la imagen del amor.